Hacer una sesión escuchando únicamente nuestras voces puede ser muy estimulante. Agudizaremos nuestros sentidos e imaginación... Imagina que estás solo en casa pero has dejado la puerta un poco abierta... imagina que estoy allí contigo, he entrado para someterte. Ahora, vas a tener que obedecer a todas mis órdenes al otro lado del teléfono, no te vas a poder resistir ¿no te excita la situación?